Paulo Freire escribió la “Pedagogía del Oprimido” y una de las máximas que describía es que el oprimido imita las conductas del opresor. Ese pibe de La Matanza, que asumía al macrismo como salida a su pésima situación de clase, es un oprimido. Un oprimido que no quiere imitar a Laura Radetich, su profesora, ni a Luis D’Elía, ni a Fernando Espinoza, quiere imitar al opresor, a Mauricio Macri, por eso se identifica con él. Me pareció extraordinario que la profesora diera una discusión política de tan alto voltaje.
Voy a contarles queridos oyentes/as, una anécdota de don Paulo Freire que sucedió en el sur de Chile con los Mapuches. Paulo Freire fue a dar una charla, llega al estrado, lo aplauden y durante 10 minutos no empieza la charla, se queda mudo. Hasta que el Cacique de la comunidad levanta la mano y dice: “Bueno Doctor estamos esperando que arranque la charla porque usted es el que sabe”. Entonces, Freire se paró y le dijo: “Miren, yo sé algunas cosas y ustedes saben otras”. Que si que no, que si que no. Freire les propone hacer un juego: “yo les hago una pregunta, si ustedes no la contestan es un punto para mi. Después ustedes me hacen una pregunta y si yo no la contesto es un punto para ustedes”. Bueno, arrancó el concurso, y claramente, Don Paulo Freire le pregunta a los mapuches: “¿a ver cuál es la etimología de la palabra educación?” Los mapuches se miran entre ellos, nadie contesta, punto para Don Paulo Freire. Se para el Cacique Mapuche y pregunta: “¿en qué época del año paren las hembras de nuestro ganado?”. Don Paulo Freire se encogió de hombros y reconoció que no lo sabía. El partido se puso uno a uno. ¿Saben cómo terminó la competencia? diez a diez. Diez preguntas que no contestaron los Mapuches, diez preguntas que no contestó Paulo Freire.
Eso es lo que hay que generar en las aulas, discusión política, eso es lo que hay que generar en la sociedad. La discusión que genera conciencia crítica, que produce un sistema de ideas. Los neoliberales están siempre por el mismo camino, por el camino del vaciamiento ideológico, por el camino de la asepsia que termina siendo trucha porque los asépticos, terminan siendo eso, transmisores de contenido. No formadores de educación.
Por eso, este negro de La Matanza, maestro rural, que alguna vez fue vicepresidente del Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires, uno de los vice Ministros, se atreve a salir a cuestionar esto. Trotta y la provincia de Buenos Aires, Axel Kiciloff, tienen que leer a Freire, muchachos, tienen que leer “Pedagogía del Oprimido”; “La Educación como práctica de la libertad”. Sólo la discusión política es la que genera conciencia crítica y es precisamente lo que no quieren que se haga. Habría que entregarle un premio a la docente, Laura, habría que reconocerla por haber puesto tanta pasión en esas ideas que no mueren, que finalmente nos harán libres. Porque si no educamos para la liberación de nuestro Pueblo, ¿para qué educamos?
Te pido a vos que estás en algún del mundo escuchándome que me hagas llegar tu opinión, que me hagas llegar tu pensamiento y generemos entre todos enormes bolsones de conciencia crítica para elevar la calidad de nuestra conciencia colectiva.
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