viernes, octubre 01, 2021

EDITORIAL DE LUIS D’ELÍA: QUE EL PAÍS ENTERO SE LLENE DE OLOR A GOMA QUEMADA, CORTEMOS LA RUTA DE LA INJUSTICIA.

Uno los escucha a ellos todo el día en cadena nacional, ahí están los predicadores de los organismos financieros internacionales, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, de los buitres. Ahí están, todos los días en cadena nacional las 236 licencias de Clarín, el Grupo América y la enorme cantidad de periodistas, muchos de ellos con sueldos de seis ceros, mintiendo, difamando, construyendo fake news, agitando una tras otras las mentiras neoliberales conservadoras. Estado chico, Estado ausente, ajuste para las grandes mayorías populares, en especial para los más débiles, los jubilados, los pibes, las mujeres. Ahí están ellos, proponiendo el país amarillo, el país de Macri, el país de 50.000 tipos en detrimento de 44 millones que miramos con la ñata contra el vidrio. Ese es el país que quieren e históricamente llegaron siempre por la vía del golpe. Ellos fueron autores de cuanto golpe militar hubo en la Argentina y de Macri para acá empezaron a llegar por la vía electoral, encontraron la fórmula, encontraron el camino para que Pueblo vote contra sí mismo.

El otro día, Aníbal Fernández dijo una genialidad, dijo: “no hay producto mejor terminado para el capitalismo que un obrero votando a la derecha”. Maravilloso Aníbal, un razonamiento de una lucidez  extraordinaria. Un obrero, un empleado, un trabajador que vote al macrismo es una persona que vota contra sí mismo, contra sus propios intereses, que se pega un tiro en las manos y le pega un tiro en la cabeza a su familia. Por eso, estos son tiempos de trabajar la conciencia. 

Qué increíble Hebe de Bonafini, 92 años tiene Hebe y se paró, ahí anda con sus muletas, a veces, con su silla de ruedas, con una lucidez extraordinaria diciendo: “No al pago de la deuda externa, no al Fondo Monetario, no a los buitres, no a la muerte”. Pararse y decir vamos todos a la calle, una, dos, diez mil, un millón de veces le vamos a decir que no. Que le vayan a cobrar al macrismo, a Macri, al “Toto” Caputo y a toda la banda mafiosa que nos endeudó en más de 100.000 millones de dólares y que además, utilizaron la deuda para fugarla, para robarla. 

Ahí está el informe de la Unión de Bancos Suizos diciendo que la deuda argentina está en Suiza. ¿Quién la llevó? Los popes macristas, esos que nos vienen a hablar de moral y que denuncian al Frente de Todxs en Salta por haber entregado cien pavas eléctricas. Da asco escuchar la radio, escuchar la televisión en Argentina. Es toda una prédica constante tratando de carcomer el cerebro de la sociedad argentina para que ésta vote contra sí mismo, votar a los candidatos del macrismo es votar contra sí mismo, contra tus propios intereses, te repito, contra tus hijos, contra tu familia. Por eso es un tiempo de reflexión, un tiempo de militancia y hay que construir la Argentina, no una marcha, un plan enorme de lucha que dure de acá al 2023, con Marchas Federales, con movidas en todos los territorios, hasta que toda la sociedad hable de un sólo tema. 

Miren, lo que pasó en la última elección, terminó todo el país hablando de una fotito de un cumpleaños que puede ser una cosa injusta, una actitud antiética, lo que vos quieras pero terminamos, como tema uno, hablando de un cumpleaños. Hablemos de lo que hay que hablar, hablemos del no pago de la deuda externa, no pago al Fondo Monetario Internacional, no pago al Banco Mundial, no al lawfare, que en definitiva es complementario a estas medidas de profundo carácter económico. 

Que el país entero se llene de olor a goma quemada, cortemos la ruta de la injusticia, la ruta de la maldad, cortemos la inercia a la cual nos quieren someter los neoliberales conservadores para volver a los años de la indignidad. Miren el primer endeudamiento fue entre 1976 y 1983, 42.500 millones de dólares contraído por Martínez de Hoz, Cavallo y sus amigos. Deuda que después terminaron estatizando, por supuesto, nos costó 30.000 argentinos muertos, que se caguen, ni un mango al FMI, ni un mango al Banco Mundial, ni un mango al pago de la deuda externa que todo sea para atender a los 19 millones de pobres, a los 7.500.000 indigentes, a aquellos que necesitan hoy ya mismo una mano de todo el Pueblo argentino.


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