miércoles, noviembre 17, 2021

EDITORIAL DE LUIS D’ELÍA: "SER MILITANTE ES ESTAR COMPROMETIDO CON EL CAMBIO SOCIAL, CON UNA SOCIEDAD MEJOR, CON LOS SUEÑOS”

A mi me tocó en los años mozos, allí en la adolescencia que alguien me pusiera un dedo en el pecho y me preguntara: “¿Qué carajo querés hacer con tu vida? ¿Dónde vas a poner tu corazón? Y me abrió las puertas, las ventanas de par en par a un mundo maravilloso, que es el mundo de las utopías, el mundo de los sueños posibles, el mundo de la transformación. Entonces fueron colando en mi cabeza y en mi corazón el sueño de la igualdad, el sueño de la democracia económica, de la soberanía política, de la justicia social, de la opción por los más pobres, el mundo que abría sus puertas a la construcción de una sociedad muchísimo mejor de la que teníamos. Eso me pasó a mediados de los ‘70, a los 16 o 17 años, hoy tengo 64 años y estas opciones me han acompañado toda la vida. Es más, si no hubiese tenido estas opciones mi vida hubiese sido aburrida, consumista, chata, inconsistente, vacía, hueca. Por eso, quiero agradecer a tantos que a lo largo de mi historia me permitieron ir profundizando esos sueños y materializando estas cuestiones.

Durante la dictadura fui Coordinador General de las Comunidades Eclesiales de Base. Esas Comunidades que supieron unir la Teología de la Liberación con la lectura popular de la Biblia, en la práctica, eso, que no le gustaba a los fascistas que era unir el pensamiento marxista con la lectura popular de la Biblia. Y desde ahí resistimos, desde ahí acompañamos al Servicio de Paz y Justicia, trabajamos mucho las barriadas populares, transformando las Capillas en el lugar de fermento de la acción popular. En los ‘80 encabecé las tomas de tierra en La Matanza junto con otros compañeros como Pablo Pimentel y Lily Galeano. Las tomas de tierra, esas que disputaban la tierra urbana con algunas complicidades en la Justicia. Recuerdo que era Juez Federal en esa zona Juan Ramos Padilla que tanto nos ayudó. En los ‘90 entramos en la CTA, esa maravillosa CTA que cambiaba la concepción tradicional de organización de la clase trabajadora. Una Central que se proponía no como una central de sindicatos sino como una Central de Trabajadores, y ahí apareció con mucho fuerza la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV) que junto con la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y con algunas otras organizaciones fundamos el movimiento piquetero y empezamos a socavar las bases mismas del neoliberalismo conservador de la peor calaña que tanto lastimó, excluyó y destruyó la dignidad de nuestro Pueblo. 

Allí por el 2001, entre octubre del 2000 y el 23 de mayo del 2001 sucede un hecho extraordinario en mi vida: me conozco con Néstor Kirchner. Entonces, las Comunidades Eclesiales de Base, la lucha por la toma de tierras, la lucha de los desocupados viviendo en los territorios más humildes de La Matanza, mi querido Barrio “El Tambo” donde viví casi 40 años, se fueron transformando en una realidad, en una cosa concreta en la cabeza y en la persona de Néstor Kirchner. Y allí pudimos coronar en Mar del Plata el 4 y el 5 de noviembre del 2005 la más fabulosa lucha anti-imperialista de los últimos 50 años que era decirle que no en la cara a Bush, presidente norteamericano, al último intento de anexionismo colonial de los Estados Unidos. 

Por eso, ser militante es estar comprometido con el cambio social, con una sociedad mejor, con los sueños. Ser militante es estar siempre de pie, ser militante es sentir hasta las vísceras que la Patria es el Otro, no uno. Por eso, mi profundo desprecio a aquellos que hacen de la militancia, cargos de cualquier naturaleza, de privilegios, de nada. Para mí militar somos nosotros. Por eso, quiero mandarle en el “Día de la Militancia” un saludo, un abrazo fraternal, que todos llevamos desde la piel, a aquellos que militan de verdad. Para mi la militancia es esto. Los dos más grandes ejemplos en militancia para mi son Eva Perón y Ernesto “Che” Guevara, son ellos, esa realidad que es militar hasta dar la vida. Hasta dar la vida por los pobres como Evita que se nos cae a los 33 años después de hacer una obra extraordinaria, que para mi también es Ernesto “Che” Guevara que enfrenta el cañón de un fusil en la selva boliviana después de haber hecho junto con Fidel la Revolución Cubana y plantearse para sí mismo exportar la Revolución a todo el planeta. Son dos símbolos altísimos, que con Diego Maradona, constituyen los tres mitos reales y universalizan a la Argentina. 

Por eso, día de la militancia no es cualquier día, es el día en que celebramos haber tenido opciones que nos permitieron pasar por este mundo sin hacernos los distraídos, no pasar por esta vida al pedo, escapar de la vida vacía que propone el capitalismo y construir una vida llena de sentido en términos de solidaridad, de amor. Y quiero rescatar el sentido revolucionario de la militancia. La militancia es revolucionaria o no es un carajo. Por eso, quiero terminar este homenaje evocando algo que me pasó un día en La Habana, mientras preparábamos el encuentro del 4 y 5 de noviembre en Mar del Plata en el 2005, donde Silvio Rodríguez en una mesa con cuatro amigos nos cantó esta canción maravillosa que es la más bella canción que escuché alguna vez, explicando el sentido más profundo de la militancia: “Debes amar la hora que nunca brilla, debes amar la arcilla que va en tus manos, debes amar su arena hasta la locura, solo el amor engendra la maravilla” Que tengan feliz día compañeros militantes revolucionarios todos y todas. Abrazo grande. Hasta mañana.          


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